
SUPERMAN II: UNA VERSIÓN INÉDITA
Si hay algo que los fans del Hombre de Acero hemos echado siempre en falta era precisamente esto. Durante más de 20 años ha estado guardada en almacenes y sin ninguna clasificación ni conservación adecuada.
Ahora ha visto la luz para disfrute de todos los que la esperábamos. Estamos hablando de Superman II: Donner Cut, o lo que es lo mismo, la versión de Superman II originalmente concebida por Richard Donner para ser estrenada en los cines de todo el mundo antes de que sus… “diferencias irreconciliables” con los productores, Alexander e Ilya Salkind, le llevaran a dejar el rodaje en manos de otro director que firmó el trabajo: Richard Lester.

Superman II: El Montaje de Richard Donner es muy superior a la versión estrenada en cines. Es más seria, más aclaratoria, tienes la sensación real de que Superman: The Movie no ha terminado y que estas dos horas, unidas a las dos horas y media de la primera parte, hacen una película entera y maravillosa. Faltan escenas que todos recordamos y se cambian detalles muy importantes, se añaden y se quitan cosas… Todo te hace tener la impresión de que estás viendo una película que te resulta familiar, como en un déjà vu, pero que de ningún modo habías visto antes.
LA PELÍCULA

Después vemos como Lois está absolutamente segura de que Clark es Superman, tan segura que se lanza por la ventana del Planet para que la rescate, y el pobre Clark tiene que detenerla con su superaliento y desplegando un toldo con su visión de calor para que la intrépida Lois acabe su caída en un puesto de fruta después de un vuelo de 30 pisos.
Mientras, Luthor escapa de prisión igualmente con ayuda de la Srta. Tesc

Ya no vemos la secuencia de Lois saltando al río en las cataratas del Niágara, pero vemos a Lois disparar a Clark con una pistola, y él, harto de la situación, se yergue y se quita las gafas demostrando que es Superman, creyendo haber recibido y soportado un impacto… de una bala de fogueo. Lois lo ha engañado y ha conseguido que él se muestre.

Cuando descubre la ascensión de Zod como gobernador del mundo, Clark hace su viaje de redención a la Fortaleza y halla el cristal verde, con el que invoca a su padre por última vez suplicando perdón y admitiendo su fracaso. Jor-El le concede de nuevo sus poderes con el sacrificio de agotar la energía que mantiene viva su esencia en la Fortaleza, y habla del sacrificio máximo y de la profecía kryptoniana cumplida: “El padre se convertirá en hijo y el hijo en padre…”, en la escena más espectacular, diferente y emotiva de esta nueva versión.


En esencia la misma película, como decía, pero muy diferente, más dinámica y mejor. Si acaso mi única crítica es que no me gusta el final, el hecho de que Superman recurra de nuevo a su “rotación terrestre inversa” para arreglar las cosas. No resulta original, aún salvando los trágicos efectos reales de invertir la rotación terrestre (NOTA DE JOT DE HOY: que ya os explicaré en otro post rescatado...), que Superman recurra a lo mismo que hizo en Superman: The Movie. Pero bueno, el beso del olvido también me parecía un recurso absurdo y sin sentido, así que me quedo incluso con este final. Enhorabuena a Richard (Dick, como dice al principio de la película que le llaman sus amigos) Donner por la genial película que iba a ofrecernos, que por misteriosas razones no pudimos ver en su día… y que gracias a la revitalización de la franquicia del Hombre de Acero hemos podido ver finalmente. Pero no lo olvidemos: el propio Donner advierte que algunas de las escenas de este metraje también fueron rodadas por Lester y que han debido incluirse por necesidad, ya que son parte imprescindible de la historia. Así que, y según sus propias palabras, esta es la versión “más próxima posible a la que él había concebido”. Probablemente haya una tercera Superman II que solo está en su cabeza y que sería incluso mejor que éstas.
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Esta edición fue una auténtica pasada, para mí mucho mejor que la segunda parte original y a la altura de Superman: The Movie. Los diálogos de Kal-El con su padre en la Fortaleza son épicos, una verdadera obra maestra.
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