
El cómic en cuestión es el Action Comics #869, de noviembre de 2008. Superman llevaba ya unos cuantos números enfrentándose a la renovada versión de Brainiac -ideada por Geoff Johns y Gary Frank- en una saga que estaba predestinada a ser el detonante de eventos posteriores todavía más importantes. Sin extendernos demasiado, la saga de Brainiac fue la primera piedra de Nuevo Krypton y Mundo de Nuevo Krypton, dos arcos argumentales que duraron algo más de un año y que mostraron la difícil coexistencia en la Tierra entre los seres humanos y una comunidad de 100.000 kryptonianos que Superman rescató de las garras de Brainiac. Tras muchas tensiones, conflictos y una enmarañada trama de conspiraciones, la historia concluyó en otra saga mucho más corta y cuyo título plasmaba lo inevitable: La guerra de los superhombres. (Continúa leyendo con clic en LEER ENTRADA COMPLETA)
Así, en una guerra fugaz de solo 100 minutos de duración, la Tierra y Nuevo Krypton se enfrentaron a muerte, y la contienda se saldó con el exterminio de todos los kryptonianos y la destrucción de su nuevo mundo. Tras esto llegaría la saga de J.M. Straczynski Con los pies en la tierra, en la que Superman, a través de un largo paseo a pie por toda América, trataría de reconectar con su mundo adoptivo después de una época tan difícil. Para más información, os recomiendo la lectura de este artículo de nuestro amigo y lector Iskander López sobre la saga. Y ahí terminó el "viejo" universo DC, dando paso después a Los nuevos 52 que os estamos resumiendo mes a mes en este site.
Pero volvamos al coleccionable que nos ocupa. En el Action Comics #869, la magnífica portada de Gary Frank auguraba un acontecimiento trágico y decisivo para el Hombre de Acero: la muerte de su padre adoptivo, Jonathan Kent, algo que sucedería en el número siguiente. En la portada, padre e hijo charlan amistosamente mientras beben una soda, con esa relación que siempre les ha caracterizado y completamente ajenos a que, tal vez, fuera la última vez que puedieran beber y reírse juntos. Detrás de ellos, en el porche de la granja, sus mujeres los miran complacidas. Y en el cielo, como presagio de lo que estaba por ocurrir y para que no nos olvidáramos del villano de la historia, la Luna dejaba ver el amenazador rostro de Brainiac.
Así, en una guerra fugaz de solo 100 minutos de duración, la Tierra y Nuevo Krypton se enfrentaron a muerte, y la contienda se saldó con el exterminio de todos los kryptonianos y la destrucción de su nuevo mundo. Tras esto llegaría la saga de J.M. Straczynski Con los pies en la tierra, en la que Superman, a través de un largo paseo a pie por toda América, trataría de reconectar con su mundo adoptivo después de una época tan difícil. Para más información, os recomiendo la lectura de este artículo de nuestro amigo y lector Iskander López sobre la saga. Y ahí terminó el "viejo" universo DC, dando paso después a Los nuevos 52 que os estamos resumiendo mes a mes en este site.
Pero volvamos al coleccionable que nos ocupa. En el Action Comics #869, la magnífica portada de Gary Frank auguraba un acontecimiento trágico y decisivo para el Hombre de Acero: la muerte de su padre adoptivo, Jonathan Kent, algo que sucedería en el número siguiente. En la portada, padre e hijo charlan amistosamente mientras beben una soda, con esa relación que siempre les ha caracterizado y completamente ajenos a que, tal vez, fuera la última vez que puedieran beber y reírse juntos. Detrás de ellos, en el porche de la granja, sus mujeres los miran complacidas. Y en el cielo, como presagio de lo que estaba por ocurrir y para que no nos olvidáramos del villano de la historia, la Luna dejaba ver el amenazador rostro de Brainiac.
Sin duda una portada magnífica en todos los sentidos, tanto artística como simbólicamente. Y aunque por sí solo este cómic ya podría ser el Coleccionable de la semana, todavía tiene otro valor añadido: la absurda censura a la que fue sometido, en un ejemplo de la ridícula doble moral de la sociedad americana. Porque en el dibujo original de Gary Frank de la portada, lo que bebían padre e hijo no era una soda, sino una cerveza. Observad:
Y en esta imagen lo veréis todavía más claro:
Bien, pues el caso es que DC Comics consideró que mostrar a Superman y a su padre bebiendo alcohol no era apropiado (¿), y ordenó la retirada y destrucción de todos los ejemplares del Action Comics #869 que ya habían sido enviados a las tiendas antes de que salieran a la venta, lanzando rápidamente una nueva tirada en la que la etiqueta de la cerveza CROW fue sustituida por la de una SODA POP. Pero por más que lo intentó, DC no pudo evitar que algunos ejemplares de la portada de la cerveza entraran en circulación, y ahora son una auténtica curiosidad para coleccionistas como yo. Lo que no quita para que el hecho de censurar algo tan inocente como un padre y un hijo compartiendo una cerveza, sea una absoluta estupidez. ¿O qué os parece a vosotros?
BONUS: Para el que se haya quedado con ganas de más, os dejo enlace al resumen de este cómic realizado por mi amigo Mariano Bayona en su página.
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