SUPERMAN Y LOS 4 FANTÁSTICOS (1999)
Guión: Dan Jurgens
Dibujo: Dan Jurgens (acabados de Art Thibert)
Portada: Dan Jurgens con color de Alex Ross
Continuamos reseñando cómics curiosos de Superman, y como habréis notado que los Elseworlds y los crossovers suelen ser mis favoritos, hoy os el turno de comentar éste que unió a Superman con Los 4 Fantásticos, el archiconocido grupo de superhéroes creado para Marvel por Stan Lee y Jack Kirby en 1961. Este nuevo team up entre Marvel y DC Comics se produjo en 1999, después de aquella oportunista historia llamada Marvel Vs. DC que unió los dos universos en una batalla por su supervivencia. De hecho, uno de los personajes cruciales en aquella historia (Axel Asher) es nombrado en ésta, ya que en su nueva identidad de Access posee la capacidad de comunicar el universo Marvel con el DC. Y esto será necesario para que Superman y Los 4F puedan enfrentarse a dos enemigos comunes: Galactus, el devorador de planetas, y Cyborg, el enemigo de Superman cuya historia guarda similitud con la de los Fantásticos, como veremos después.
En España el cómic fue publicado por Planeta DeAgostini (entonces bajo el nombre Forum Cómics) en formato treasure size, es decir, un tamaño gigante en homenaje a los primeros crossovers entre editoriales o personajes, como aquel mítico Superman Vs. The Amazing Spider-Man (1976) o Superman Vs. Muhamnad Ali (1978). Con su tamaño de 39x26 cm, es una gozada leer este cómic y ver sus enormes dibujos, sobre todo cuando es una splash page. Además, aunque aquí Dan Jurgens no hace pareja con el entintador que más me gusta (siempre lo he preferido cuando trabaja con Brett Breeding), los dibujos de este hombre siempre me han parecido una maravilla y su trabajo en este cómic es sensacional.
La historia ocupa 64 páginas y se divide en tres partes: La destrucción infinita, El poder cósmico y ¡Azote! Pero bueno, ¿qué tal si me dejo de preámbulos y resumimos brevemente la historia?
SUPERMAN Y LOS CUATRO FANTÁSTICOS: DESTRUCCIÓN INFINITA
Mientras trata de detener a unos terroristas, Superman es sorprendido al descubrir un extraño cristal de apariencia kryptoniana, del cual aparece un mensaje del pasado de su padre biológico, Jor-El. En el mensaje, Jor-El le informa de la existencia de un ser conocido como Galactus que se alimenta de planetas, extinguiéndolos por completo y eliminando toda vida de ellos, y que parece haber fijado ahora su atención en la Tierra. Además, Jor-El acusa a Galactus de ser el responsable de acelerar la destrucción de Krypton y le pide a su hijo que vengue a su mundo.
Superman, que afirma "haber oído rumores de él de los héroes del otro universo", acude a Access para que le ayude a encontrar a Los 4 Fantásticos y evitar que Galactus devore la Tierra. Y tras la sorpresa inicial de la visita, Superman y el grupo de héroes se alían para averiguar la verdad de lo que está pasando.
Muy pronto descubren que el Cyborg también ha acompañado a Superman como polizón en el viaje y ha tomado control de las máquinas de Reed Richards (ver NOTA sobre el Cyborg y Los 4F más abajo). El Cyborg se ha aliado con Galactus y Superman acaba preso del devorador de mundos, con lo que Los 4F tendrán que hacer una forzosa alianza con el villano cibernético para poder viajar hasta el lugar del universo donde está Galactus en ese momento.
Así, Superman recibirá un baño del poder cósmico de Galactus, quien lo convierte en su heraldo (con un un aspecto muy parecido al Silver Surfer pero de color dorado). Y los heraldos tienen como misión viajar por todo el universo localizando mundos de los que su amo pueda alimentarse extrayendo su energía hasta reducir el planeta a una carcasa vacía y sin vida. La voluntad de Superman está anulada y obedece ciegamente las órdenes de su amo, pero "casualmente", el planeta que localiza para que Galactus devore... es un planeta sin vida en ninguna de sus formas. Parece que el alma de Superman continúa bajo esa impenetrable capa de poder cósmico.
Finalmente, los superhéroes de Marvel y el Cyborg localizan a Galactus y Superman y comienza una batalla. Pero pronto el Cyborg revela las que eran sus verdaderas intenciones desde el principio: quiere la magnífica tecnología de la nave de Galactus, para lo que modificó el mensaje del cristal kryptoniano para hacer creer a Superman que Galactus destruyó Krypton, sabiendo que así el Hombre de Acero iría en su busca. La batalla parece perdida, pero Superman recupera su conciencia y se revela contra Galactus, aunque queda noqueado por el asesino de mundos.
Pero entre los escombros del combate, Superman ve un muñeco de sí mismo que Franklin (el hijo de Reed Richards y Sue Storm) le había dado a su madre como amuleto de buena suerte, ya que el niño es muy fan de Superman (que en su universo solo es un personaje de ficción). Este muñeco sirve a Superman de recordatorio de quién es y resurge de nuevo convertido en él mismo, libre del poder de Galactus. Y junto a Los 4F, derrotan al villano con una hábil treta: Richards revierte los sistemas de Galactus de modo que drenan su energía en lugar de absorberla de un planeta. Así que Galactus se ve obligado a aceptar un trato con ellos: se alimentará solo de planetas sin vida.
En un último intento, el Cyborg suplica a Galactus que le conceda la perfección, a lo que el villano le da una irónica respuesta: lo convierte en un microchip perfecto. Así que, al final, Superman se despide de sus nuevos amigos no sin antes regalarle al pequeño Franklin su propia capa como agradecimiento por su valiosa ayuda.
NOTA: El Cyborg -anteriormente llamado Hank Hensaw- y los 4F guardan bastante en común en su origen. Todos eran astronautas y fueron golpeados por radiación cósmica que los mutó y transformó de manera irreversible. Pero mientras que Richards y sus amigos fueron dotados con poderes que pudieron aprender a controlar y decidieron usar para ayudar a la Humanidad, la tripulación entera de Hank (entre la que se encontraba su esposa) sucumbió a la radiación y murió. Él mismo perdió su cuerpo y sobrevivió con el poder de introducir su conciencia en máquinas y poder reconstruirse con partes de ellas, controlándolas a voluntad. El sentimiento de venganza y de ira contra Superman, al que culpó erróneamente de no haber podido ayudar a tiempo a sus amigos y a su esposa, le llevó a convertirse en uno de sus más peligrosos enemigos. Pero desde luego el paralelismo entre el origen del Cyborg y Los 4F es evidente.
CRÍTICA
Seré breve, porque reconozco que este cómic me atrapó desde el momento en que lo vi en las estanterías de la tienda. El tamaño, la portada, la premisa de ver unidos los dos universos comiqueros por excelencia... En su momento me fascinó, y ahora al releerlo para este post, me ha vuelto a fascinar. Quizá su guión se ampare en giros demasiado obvios y la resolución final con Galactus sea algo pueril, pero ¡¡demonios!! ¡¡Superman se convierte por un rato en una especie de Golden Surfer!! ¿Qué más quieres? Ah, sí: que el dibujo sea formidable. Pues también lo tienes. Dan Jurgens en estado de gracia firmando algunas splash pages absolutamente maravillosas.
Así que poco crítico me puedo poner, porque adoro este cómic. No será el mejor (ni de lejos), pero tiene un algo especial, una simplicidad que a la vez permite que la historia se desarrolle centrándose en lo más importante, que no es sino divertirse con la histórica unión de Superman y Los 4 Fantásticos. Eso y el dibujo. Así que, a veces, lo bueno no tiene que ser enrevesado, y este cómic funciona como divertimento y como lujo para la vista.
CRÍTICA
Seré breve, porque reconozco que este cómic me atrapó desde el momento en que lo vi en las estanterías de la tienda. El tamaño, la portada, la premisa de ver unidos los dos universos comiqueros por excelencia... En su momento me fascinó, y ahora al releerlo para este post, me ha vuelto a fascinar. Quizá su guión se ampare en giros demasiado obvios y la resolución final con Galactus sea algo pueril, pero ¡¡demonios!! ¡¡Superman se convierte por un rato en una especie de Golden Surfer!! ¿Qué más quieres? Ah, sí: que el dibujo sea formidable. Pues también lo tienes. Dan Jurgens en estado de gracia firmando algunas splash pages absolutamente maravillosas.
Así que poco crítico me puedo poner, porque adoro este cómic. No será el mejor (ni de lejos), pero tiene un algo especial, una simplicidad que a la vez permite que la historia se desarrolle centrándose en lo más importante, que no es sino divertirse con la histórica unión de Superman y Los 4 Fantásticos. Eso y el dibujo. Así que, a veces, lo bueno no tiene que ser enrevesado, y este cómic funciona como divertimento y como lujo para la vista.
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