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    jueves, 19 de julio de 2012

    CRÍTICA SIN SPOILERS DE EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE

    Como ya habéis sabido a través de mi Facebook, esta tarde me han invitado a un preestreno especial de El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace, al que he acudido con mi mujer. Por deferencia a todos los lectores que no la habéis visto aún y a todos los lectores de Latinoamérica que no la verán en sus cines hasta la semana que viene, a continuación voy a realizar una pequeña crítica con mis impresiones de la película, pero os prometo que está absolutamente libre de spoilers. No os contaré nada que os arruine la experiencia de ver la película y descubrir los giros argumentales que contiene y lo maravilloso de su trama. Así que podéis leer tranquilos, que lo único que encontraréis en las próximas líneas es mi opinión personal. Ni un solo detalle de la historia.


    A la hora de valorar un film, normalmente hablamos de los aspectos técnicos y los interpretativos y de la propia historia. El final de la trilogía de Batman parte con la difícil tarea de superar una secuela prácticamente perfecta, con un villano (el Joker) en estado de gracia y una trama digna del mejor género policíaco.


    Pues bien, pese a lo complicado de esta empresa, El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace sale completamente airosa. ¿Mejor que su predecesora? Probablemente, en conjunto, sí. Aunque El Caballero Oscuro tiene al Joker, absolutamente memorable e irrepetible, esta última entrega tiene también a un villano absolutamente demoledor (en todos los aspectos): Bane. Difícil papel para un Tom Hardy al que solo le vemos la cara en un instante de la cinta, y del que ni siquiera escuchamos su voz real, siempre distorsionada por su máscara darthvaderesca. Por cierto que he de decir que la voz de doblaje de Bane es lo que más me ha descolocado al principio, aunque al final te acostumbras. Pero Bane, sin alcanzar la genialidad de su predecesor, es un villano formidable. Temible, también. Da más miedo que Joker, y desde luego supone una amenaza mucho más física para Batman que no decepcionará a los fans en sus combates con el Hombre Murciélago.


    Por otro lado, los secundarios vuelven a brillar también en una historia que, no obstante, está hecha para lucimiento de su protagonista. Batman es el héroe, y si en El Caballero Oscuro el Joker llegaba a robarle la película, en ésta no hay dios que se la robe. O sí... quizá en un segundo visionado cambie algo mi opinión, pero ojo, mucho ojo con el personaje que interpreta Joseph Gordon-Levitt. Sensacional. Supera con creces todas mis expectativas y aporta una nueva dimensión no solo a la película, sino a la franquicia. Mucho se ha dicho que si iba a ser Robin, que si iba a ser Nightwing... La realidad sobre este personaje seguro que dejará satisfechos a los fans. Y otro personaje en el que tenía muy poca fe y que me ha sorprendido es el de Selina Kyle (Catwoman), interpretada por Anne "Princesa por sorpresa" Hathaway. No solo resulta seductora y guerrera al mismo tiempo, sino que su Catwoman (nunca llamada así en la película) también resulta un personaje creíble y tridimensional. Otro ejemplo de que Nolan comete pocos errores con sus castings. 


    De nuevo Nolan, igual que hizo en Origen, parece jugar con el tiempo a su antojo. ¿Realmente esta película dura 168 minutos? Mi reloj dice que sí, pero mi cerebro no. Apenas te enteras del tiempo. Pensad en cualquiera de esas escenas trepidantes de una película en las que permaneces atento esperando que se resuelva. Pues prácticamente todo el metraje es así. Un constante "a ver cómo acaba esto" que empieza a los 5 minutos y que solo termina y te deja respirar al final. Un final que, en su últimos cuarenta minutos, es un tour de force lleno de sorpresas y de giros, cuyo clímax, a mí al menos, me ha emocionado y arrancado una sonrisa al mismo tiempo. Nolan no deja nada al azar, sabe lo que quiere el fan y se lo da, incluso en forma de cameos de lujo (pero no esperéis nada de Superman ni escenas post-créditos... pues no las hay). Y estoy seguro que los sueños más húmedos de cualquier batmaníaco se harán realidad con el final de El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace. Un final redondo, esférico, perfecto, inmejorable y absolutamente honesto. Sin deus ex machina. 


    Además, a nivel técnico la película es prácticamente perfecta. El montaje es portentoso, porque con la duración que tiene es asombroso que pase tan rápido y no tenga ni un solo momento de tedio. Las escenas de acción (muchísimas), brillantemente rodadas. Miles de extras, destrucción, persecuciones... Se nota cada dólar que se ha invertido.

    Así que, concluyendo, desde luego se ha demostrado que la franquicia de Batman en manos de Christopher Nolan no ha ido sino en ascenso. Una formidable Batman Begins resituó al personaje en su sitio, dando paso a un capítulo intermedio en el que el villano se comía la película y se demostraba que el cine de superhéroes no era solo acción y efectos visuales. Y ahora, con la tercera parte de la trilogía, se cierra el círculo como si estuviera trazado con compás. Así que pobrecito del director que ahora, en unos años, reciba el encargo de reiniciar a Batman. Porque si se puede hacer aún mejor que esto, yo no tengo ni puñetera idea de cómo.


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