CAPÍTULO 1: GUARDIÁN (UNDÉCIMA PARTE, 20/07/2012)
Guión: Bryan Q. Miller
Reseña de Javier Olivares
Superman resiste los ataques de un enloquecido y cibernético Hank Henshaw totalmente fuera de sí.
El Hombre de Acero no desea hacerle daño, pero al final consigue contenerlo y le dice que va a llevarlo a casa, con su mujer.
El Hombre de Acero no desea hacerle daño, pero al final consigue contenerlo y le dice que va a llevarlo a casa, con su mujer.
En S.T.A.R. Labs, Superman lo arregla todo para que cuiden de Henshaw (ahora tan solo una conciencia dentro de una cabeza robótica) y para que su esposa pueda pasar tiempo con él. Henshaw se disculpa con Superman y le dice que perdió el control creyendo hacer lo correcto, y que no sabe cómo Superman puede controlarse todo el tiempo.
En Smallville, Chloe y Oliver siguen buscando al viajero recién llegado en la nave, y al darse cuenta de que les están siguiendo, se separan en el maizal. La “astronauta” ataca a Oliver (con movimientos que le resultan familiares) y lo derrota, y pregunta dónde está Clark Kent.
Chloe le dispara a la mujer en el hombro, y en ese momento aparece otro ser en medio de una onda expansiva, que le dice a la mujer que ha huido rápido y lejos, pero que este mundo morirá igual que el otro.
La mujer queda malherida y Chloe le quita el casco, revelando que es ¡¡ella misma en su versión de la otra Tierra!! Y antes de morir, la Chloe de Tierra-2 les dice que su mundo ha desaparecido…
CRÍTICA
Bueno, pues definitivamente esto ya no es una colección de Smallville. Ya lo sabíamos, sabíamos que nos estaban vendiendo la moto y aprovechándose del éxito pasado de la serie para continuar con este sinsentido, pero ahora con la inclusión de Tierra-2 y ese villano que bien podría ser el Anti-Monitor o vete a saber quién, la cosa ya es un hecho.
Y sí, recuerdo que en Smallville se introdujo el universo paralelo de Tierra-2, con ese Jonathan amargado y el Lionel que regresaba a Tierra-1, pero es que ahora esta colección es un simple cómic de superhéroes que incide en los mismos temas de cualquier cómic de superhéroes del montón. Peleas héroe-villano, villanos en la sombra y, como siempre en el UDC, mundos paralelos. Parece que por más reboots del UDC que se hagan, sus guionistas siguen con esa extraña fascinación por enmarañarlo todo con tierras paralelas.
Decir también que la pelea con Henshaw está completamente desaprovechada. En eso es en lo único que se parece el cómic a la serie, en que las peleas son visto y no visto. Y ahora el pobre Hank se ha quedado en S.T.A.R. Labs como una de esas cabezas en frascos que salen en la serie Futurama. ¿Y ya está? ¿Un villano de primera como el Cyborg, que en el cómic suplantó a Superman y arrasó una ciudad, termina encima de una mesa metido en un frasco, como el presidente Nixon? Oh, bueno, pero para que sepamos sus estados de ánimo, nos ponen su texto en rojo cuando está furioso y en azul cuando está tranquilo. Todos contentos pues.
En fin, creo que terminaré el argo Guardián porque no voy a dejarlo a medias, pero no sé si merece la pena seguir reseñando esta colección. Es como ver cada semana un episodio de relleno de Smallville.
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